3.7.12

Varaderos de la vida varia




Pablo Hoyos varía en sus Varaderos de la vida varia desde una capacidad de riesgo donde el lenguaje es rey, no de reyes sino entre reyes: del reinado de la ruptura y de la concatenación, de la voz en sus quiebres, y de la trama en su estado permanente de estambre tejiendo y destejiendo: cual araña múltiple y sedienta de tela para cazar, vivir variando, sobrevivir mudando, y de tela al borde de deshacerse, tener que volver a empezar. [...] Los moldes se rompen, las formas tradicionales no se desdeñan pero se alteran: la belleza engarza con la fealdad sin temer el resultado, ese arroz con mango de la actual poesía donde el temple es fuerte, la variedad inagotable, y el modo oscuro aparece para aclarar. Poco teme, mucho arriesga Pablo Hoyos, y arriesgando, su voz cabal puede, y bien que puede, crear hermosura que sobresalta desde la fruición de la lectura: “el grajo vuela bajo/ más allá no existe la continuidad en el llano/ en las creencias en la grieta”.


José Kozer

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