Sol verde como pradera y el ferrocarril -donde está Yaxkin Melchy, escribiendo, nuevos mundos de mermelada de naranja que se disponen a energizar la juventud, la sinergia que faltaba, envuelto en jeans y una casaca ranchera- avanza más allá de la nada, más allá del olvido, más allá de la indisposición, bajo libélulas blancas, hasta hacerse la esencia del amor. El Mundo Nuevo II está en tus manos, lector, lectora, como elíxir que Yaxkin Melchy ha inventado.
Enrique Verástegui
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