¿Por qué pensar en la catástrofe? ¿Por qué pensar que el mundo tiene una vida que se desmorona? Aquella extraña sensación que nos llama hacia ese caos.
Si sabemos que Ciudad de México está construida sobre una antigua ciudad y está, a su vez, sobre otra ciudad. Cómo no pensar que vendrá otra ciudad y así hasta el infinito. Pensar en la catástrofe es pensar en esos restos que nunca más se edificarán. Pensar en una muchacha que vive sobre/bajo/en los restos es como pensar en Dios.
La nueva construcción será un ídolo colosal como aquellos que vio (y verá por siempre) Hernán Cortés: “amásanlas con sangre de corazones de cuerpos humanos, los cuales abren por los pechos vivos y le sacan el corazón, y de aquella sangre sale de él amasan aquella harina, y así hacen tanta cantidad cuanta basta para hacer esas estatuas grandes.”
Hidalgo, Buenos Aires, 8/11
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